Acababa de aterrizar en Barcelona después abandonar Polonia tras una misión humanitaria y me encuentro con la siguiente noticia: El Gobierno recomienda eliminar el alcohol del menú del día en la Estrategia de Salud Cardiovascular del Ministerio de Sanidad. Aunque hay cosas que a uno ya no le sorprenden, me quedé con la sensación de estar sufriendo una alucinación fruto de un aterrizaje complicado.
Empecemos por decir que finalmente se retiró esta recomendación por algo mucho más lógico que consiste en plantear la colaboración con establecimientos de restauración para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable. Rectificar es de sabios dicen por aquí, aunque no debe convertirse en una costumbre, y más si tienes responsabilidades en materia legislativa.
Tenemos un gobierno que cada cierto tiempo se empeña en fomentar el cuidado de nuestra salud a través de la regulación de nuestra alimentación con medidas que no dudo son tan buenas como nefasta es la comunicación las mismas. Lo último, esta recomendación que hoy nos ocupa. Repito que el fondo de las medidas es bueno y abordan problemas de salud pública que es cierto están ahí, pero la forma de contarlo es bastante deficiente lo que supone que medidas necesarias, se acaben convirtiendo en un absurdo debate en redes y medios sin mayor rigor científico y sin entrar a atajar el problema real.
Volvemos a esta última medida que aborda un problema sanitario y social como es el consumo excesivo de alcohol. Este es la sustancia psicoactiva más consumida en España. De hecho, según datos del Ministerio de Sanidad el 91% de la población española de 15 a 64 años declaraba haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida.
En España, el consumo de alcohol es el cuarto factor de riesgo de pérdida de salud, el segundo en mujeres. Siendo además una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, que va desde el 4% en mujeres al 12% en hombres. Contribuye al desarrollo de más de 200 problemas de salud y lesiones, enfermedades cardiovasculares, hepáticas y neuropsiquiatricas entre otras. Además, existe una sólida evidencia de la asociación del consumo de alcohol y ciertos tipos de cáncer, sin olvidar que es una sustancia que causa dependencia.
Además, como hemos dicho es un problema social que va mucho más allá de los problemas de salud de la persona que lo consume. Accidentes de tráfico, violencia, Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), desempleo, conductas violentas, pérdidas de productividad, etc. Hay que recordar que la adicción al alcohol es también un factor de desigualdad en los determinantes sociales de la salud.
Ahora bien, el alcohol es un producto legal, aunque con restricciones según la edad estando prohibida su venta a menores de 18 años. Sorprende que a pesar de esto último la edad de iniciación es a los 14. Su incidencia en la salud es directamente proporcional al grado de consumo, siendo lo ideal evitar el mismo, a pesar de los mitos que circulan sobre las bondades de por ejemplo una copa de vino al día. Pero seamos realistas especialmente si tenemos responsabilidad a la hora de tomar medidas y abordemos esta cuestión de una forma viable, coherente y sobre todo útil para la sociedad. La mayoría de nosotros aprecia el placer de saborear una cerveza o como no, un buen vino, especialmente de nuestra tierra, la mancha.
Se trata de que, en caso de consumo se haga un uso moderado, y por supuesto sin abuso. Como con otros muchos productos con los que completamos nuestra dieta cada día-bebidas azucaradas, carnes rojas…- cuyo abuso perjudica seriamente nuestra salud. Debemos trabajar educación en edades tempranas, para no tener que restringir el uso en edades superiores. Pero este tipo de acciones son a largo plazo y ya sabemos que, en política, todo es para ya, y hoy en día si cabe en un tuit, parece que mejor.
Repito, educar en un uso racional. Los coches porque contaminan, los móviles porque nos afectan a la visión y crean adición …y así ocurre con muchas cosas que tenemos a nuestra disposición en nuestro día a día. En el término medio, en el buen uso está la virtud.
Y en tema alimentario, contamos con un activo en nuestro país, ideal para hacer un uso racional de nuestra dieta, que se resume en dos palabras clave que deberían estar en todos los libros de texto desde el inicio de la edad escolar: Dieta Mediterránea.
En tal caso si alguno quiere debatir conmigo sobre este tema, por favor no use las redes sociales. Me llama y quedamos en un bar, a ser posible en mi pueblo y con una cerveza fresquita y un simple plato de cacahuetes de esos de El Acebrón. Estoy dispuesto a cuestionar todo lo que he puesto en este artículo. Lo haré con mucho gusto y porque no, el placer mental de un rato así también es salud.