LA MUSICA ES…

Nuestro paisano José Luis Perales la definía muy bien en la canción cuyo estribillo empezaba como el nombre de este artículo, con multitud de alusiones fundamentalmente a los sentimientos y emociones que provoca. Empezamos la temporada poniendo en valor la música y los beneficios que nos aporta, demostrando una vez más que la salud es un aspecto mucho más amplio que la ausencia de enfermedad.

Muchos pensarán que pinta un artículo sobre música en esta sección de salud y bienestar. Algunos, los más rigurosos en el terreno científico hasta lo leerán con cierta crítica. Pero de lo que no hay duda es que la música es un elemento que nos produce muchas emociones, la mayoría positivas produciendo ciertos estímulos que contribuyen a completar ese estado de bienestar físico y mental del que nos habla la OMS en su definición de salud. Contribución que además, tiene su explicación científica que vamos a ver a continuación.

Hace tiempo conocí en el marco de mi profesión en el sector social una asociación llamada Música en vena, cuya misión es mejorar las estancias hospitalarias de pacientes, familiares y personal sanitario desde la cultura y la especialmente desde la música. He de decir son admirables. Como dicen ellos cuando hablan de su trabajo, lo que hacen no es musicoterapia, ni medicina alternativa, ni evidentemente sustituye ningún recurso sanitario; es un complemento que crea un entorno mejor para los pacientes, familiares y sanitarios, estimula de forma positiva los sentidos y transforman el frío ecosistema sanitario en algo cálido y lleno de sensaciones.

La música es beneficiosa para nuestra salud debido a los estímulos positivos que provoca en nuestro cerebro en áreas que afectan a nuestra memoria, emociones y el movimiento. A su vez protege de su deterioro mejorando la comunicación neuronal.

En esta línea del cerebro, nos encontramos con los problemas neurológicos. A parte de la protección del deterioro cognitivo, en casos como el alzhéimer y otros tipos de demencia la música es un buen imán para atraer los recuerdos, porque las áreas cerebrales relacionadas con la memoria musical están menos afectadas por estas enfermedades.

Reduce la ansiedad y el estrés -de los que hablaremos próximamente- debido a que escuchar música reduce los niveles de la hormona cortisol. Esto provoca una mayor relajación lo que nos ayuda a combatir además dolencias asociadas a estos estados como cefaleas o presión arterial alta.

Reduce no solo cefaleas, sino también otros dolores por las endorfinas que se liberan. Mejora la memoria, el aprendizaje y facilita la concentración. De ello saben mucho los estudiantes, que usan la música como un acompañante imprescindible en las largas horas de libros y codos.

Te ayuda a ser más alegre y optimista, por la liberación de dopamina, lo que supone a su vez una activación física y mental que favorece entre otras cosas el movimiento y el ejercicio físico. Sin olvidar el baile, consecuencia directa de la música con otros beneficios además de los físicos como son los sociales, importantes también para nuestro bienestar.

Finalmente hablar del sueño. La música relajante es un gran aliado para las personas que tienen insomnio, y no me van a negar que las nanas, son uno de los medios para que los bebes se relajen y tengan-y dejen tener- dulces sueños.

Y como no, la música es seña de identidad de nuestros pueblos, de nuestra cultura y forma de entender la vida. Termino estas notas con una dedicatoria especial. Y es que este artículo lo pensé la última semana de agosto, en La Puebla, mientras sentía todas esas cosas positivas que he ido desgranando a la vez que lograba sacar unas cuantas notas a mi saxofón tenor. Durante esa semana un grupo de personas, especialmente jóvenes, liderados por el maestro y director de nuestra banda Diego Guijarro, con muy pocos recursos pero con mucha ilusión, lograron crear esa bonita melodía que se pone en marcha cuando un pueblo se mueve y hace cosas en unión. Junto a Diego, Verónica, Marina, Pau, David, Dani, José Enrique, José Antonio, Óscar y Juande organizaron cinco días en los que se celebró el I Curso de Verano “Músicos de banda”, con gran éxito de asistencia y que concluyó con un gran concierto que movilizó a un importante número de músicos del pueblo.

Como bien dicen ellos, no hay banda sin su pueblo, y no existe pueblo sin su música.

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