A TI MUJER

Terminamos la semana del 8M. Al margen de cuestiones partidistas, mediáticas y demás elementos que siempre merodean alrededor de cualquier causa, hemos vivido unos días en los que se debería reivindicar la igualdad real y denunciar las situaciones de discriminación y violencia que aún viven las mujeres por el hecho de serlo. Un derecho fundamental que se complica cuando hablamos de la mujer y el cuidado de la salud propio y de su entorno.

Es indiscutible que la mujer juega un papel imprescindible en la salud familiar y los cuidados a personas dependientes de su entorno más cercano. También en el ámbito profesional de la salud y con ello en el cuidado de la comunidad.

En muchas sociedades, prácticamente en todas diría yo, las mujeres son las principales cuidadoras de los niños, ancianos y enfermos en el hogar, y también tienen una gran influencia en las decisiones de salud no solo de la familia, sino también de su entorno. No en vano, la mayoría de las promotoras de salud en los proyectos de cooperación en los que trabajo son mujeres y eso no es casualidad. Dato que es trasladable al apartado formativo. En nuestro país 7 de cada 10 alumnos matriculados en carreras de ciencias de la salud son mujeres dato que se mantiene al finalizar la formación donde el 71,2% de las personas que en las citadas carreras concluyen con éxito sus estudios son ellas.

Contrasta la anterior cifra con la proyección profesional, en donde no existe una correspondencia con estos porcentajes. Hospitales, centros de salud, facultades de ciencias de la salud, o cualquier entidad sanitaria y de carácter científico, ya sean de tipo público o privado, están dirigidos generalmente por hombres, no superando en ninguna de las categorías mencionadas un 30% de mujeres con representatividad en los cargos de dirección.

Esto quiere decir que la mujer es quién carga con la parte de la atención en salud más pesada y menos reconocida. Trabajos que suelen estar peor remunerados y menos valorados que otros trabajos que requieren una formación similar, y para los que la mujer está igual de preparada que el hombre.

Fuera del ámbito laboral, volvemos a ese rol mal entendido de garante de la salud familiar, cuestión que tiene su punto más complejo en el ámbito del cuidado y la dependencia, ya que históricamente a la mujer se le ha asignado el rol de cuidadoras de salud en el hogar donde suelen ser las principales cuidadoras de niños, ancianos y personas enfermas o con discapacidad. Esto se debe en parte a que se espera que las mujeres tengan un rol más enfocado en el cuidado y la atención a las necesidades de los demás, y también porque al hombre se le ha asignado tradicionalmente siempre un papel en las tareas fuera del ámbito doméstico. Todo ello supone un deterioro físico y mental que mella de forma importante la salud de las mujeres.

A parte de todo lo que hemos señalado, las mujeres también enfrentan una serie de desafíos en relación con su propia salud. El género es una de las barreras reconocidas de acceso al sistema sanitario.

Además, hay una serie de enfermedades con mayor incidencia en mujeres que en hombres. Como ejemplo tenemos el cáncer de mama, el más común en mujeres en todo el mundo. Se estima que 1 de cada 8 mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida.

La osteoporosis, enfermedad que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas, con una alta incidencia especialmente después de la menopausia debido a la disminución de los niveles de estrógeno.

Las enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide, el lupus y la enfermedad de Hashimoto. Se cree que esto se debe a la interacción entre factores genéticos y hormonales.

La depresión y la ansiedad. Se cree la mayor incidencia en mujeres se debe a una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, en gran parte por ese proceso de cuidado familiar del que hablábamos al principio de este artículo.

Es importante, y un derecho fundamental que las mujeres tengan acceso a servicios de salud de calidad y que se les brinde información y educación sobre cómo mantener una buena salud en todos los ámbitos. También es importante que se tomen medidas que promuevan la igualdad de género en el acceso a la atención médica y especialmente los cuidados familiares.

Valga este artículo como mi pequeño homenaje al papel que nuestras madres, hermanas, tías, hijas y demás mujeres hacen día a día en el ámbito del cuidado de la salud, en el hogar y en la comunidad, como parte de las tareas familiares o de su profesión. Y en todos los órdenes de la vida. Como canta Perales, A ti, mujer, no importa quién seas, ni de dónde vengas, ni por qué te vas…. A ti y a todas que merecéis que desde el ámbito político, empresarial y social se construya una sociedad basada en la igualdad que bien combinada con la equidad, garantice los mismos derechos para hombres y mujeres. Los mismos, exactamente igual que en cualquier orden de la vida, ni más ni menos. Quedarse corto, sería repetir errores del pasado. Querer ir a más adulterando cualquier acción con discursos y acciones populistas totalmente alejados de la realidad diaria que afronta cada mujer, es sin duda querer vivir a costa de esta noble causa.   

LA MUSICA ES…

Nuestro paisano José Luis Perales la definía muy bien en la canción cuyo estribillo empezaba como el nombre de este artículo, con multitud de alusiones fundamentalmente a los sentimientos y emociones que provoca. Empezamos la temporada poniendo en valor la música y los beneficios que nos aporta, demostrando una vez más que la salud es un aspecto mucho más amplio que la ausencia de enfermedad.

Muchos pensarán que pinta un artículo sobre música en esta sección de salud y bienestar. Algunos, los más rigurosos en el terreno científico hasta lo leerán con cierta crítica. Pero de lo que no hay duda es que la música es un elemento que nos produce muchas emociones, la mayoría positivas produciendo ciertos estímulos que contribuyen a completar ese estado de bienestar físico y mental del que nos habla la OMS en su definición de salud. Contribución que además, tiene su explicación científica que vamos a ver a continuación.

Hace tiempo conocí en el marco de mi profesión en el sector social una asociación llamada Música en vena, cuya misión es mejorar las estancias hospitalarias de pacientes, familiares y personal sanitario desde la cultura y la especialmente desde la música. He de decir son admirables. Como dicen ellos cuando hablan de su trabajo, lo que hacen no es musicoterapia, ni medicina alternativa, ni evidentemente sustituye ningún recurso sanitario; es un complemento que crea un entorno mejor para los pacientes, familiares y sanitarios, estimula de forma positiva los sentidos y transforman el frío ecosistema sanitario en algo cálido y lleno de sensaciones.

La música es beneficiosa para nuestra salud debido a los estímulos positivos que provoca en nuestro cerebro en áreas que afectan a nuestra memoria, emociones y el movimiento. A su vez protege de su deterioro mejorando la comunicación neuronal.

En esta línea del cerebro, nos encontramos con los problemas neurológicos. A parte de la protección del deterioro cognitivo, en casos como el alzhéimer y otros tipos de demencia la música es un buen imán para atraer los recuerdos, porque las áreas cerebrales relacionadas con la memoria musical están menos afectadas por estas enfermedades.

Reduce la ansiedad y el estrés -de los que hablaremos próximamente- debido a que escuchar música reduce los niveles de la hormona cortisol. Esto provoca una mayor relajación lo que nos ayuda a combatir además dolencias asociadas a estos estados como cefaleas o presión arterial alta.

Reduce no solo cefaleas, sino también otros dolores por las endorfinas que se liberan. Mejora la memoria, el aprendizaje y facilita la concentración. De ello saben mucho los estudiantes, que usan la música como un acompañante imprescindible en las largas horas de libros y codos.

Te ayuda a ser más alegre y optimista, por la liberación de dopamina, lo que supone a su vez una activación física y mental que favorece entre otras cosas el movimiento y el ejercicio físico. Sin olvidar el baile, consecuencia directa de la música con otros beneficios además de los físicos como son los sociales, importantes también para nuestro bienestar.

Finalmente hablar del sueño. La música relajante es un gran aliado para las personas que tienen insomnio, y no me van a negar que las nanas, son uno de los medios para que los bebes se relajen y tengan-y dejen tener- dulces sueños.

Y como no, la música es seña de identidad de nuestros pueblos, de nuestra cultura y forma de entender la vida. Termino estas notas con una dedicatoria especial. Y es que este artículo lo pensé la última semana de agosto, en La Puebla, mientras sentía todas esas cosas positivas que he ido desgranando a la vez que lograba sacar unas cuantas notas a mi saxofón tenor. Durante esa semana un grupo de personas, especialmente jóvenes, liderados por el maestro y director de nuestra banda Diego Guijarro, con muy pocos recursos pero con mucha ilusión, lograron crear esa bonita melodía que se pone en marcha cuando un pueblo se mueve y hace cosas en unión. Junto a Diego, Verónica, Marina, Pau, David, Dani, José Enrique, José Antonio, Óscar y Juande organizaron cinco días en los que se celebró el I Curso de Verano “Músicos de banda”, con gran éxito de asistencia y que concluyó con un gran concierto que movilizó a un importante número de músicos del pueblo.

Como bien dicen ellos, no hay banda sin su pueblo, y no existe pueblo sin su música.

Cuando calienta el sol… mucho cuidado

No me neguéis que el inicio del título os ha trasladado mentalmente a una canción de un grupo cubano-mexicano del siglo pasado. Perdonad que os haya cortado el buen rollo con esa apelación a la precaución. Pero es que ese concepto romántico de sol y playa puede ser más peligroso de lo que parece si no tomamos una serie de medidas. Empezamos.

El mes de mayo, mes de las flores, de la virgen, de la madre… es uno de mis meses favoritos. Sin ser aún mes veraniego ni de vacaciones, la primavera intensa deja entrever que ya se acerca el verano, con todos los condicionantes buenos que al menos para este que escribe tiene esta estación. Días largos, pueblo y playa quien pueda y asfalto para los menos afortunados…. Pero para todos calor, mucho calor.

Pasadas las navidades escribí un artículo para hablar sobre cómo afrontar los meses de frío que nos venían por delante. Ahora, vísperas de este verano que parece que va a ser el más normal de estos últimos dos años, toca consejos sobre cómo afrontar estos meses con las temidas olas de calor que cada vez son mayores y complejas.

Empecemos por la hidratación. El agua, este líquido que recurrentemente nombro en mis artículos sobre salud y bienestar que es fundamental para, hidratar nuestro interior y refrescarnos exteriormente. Fundamental beber agua antes de tener sed. Hay que tener en cuenta que las altas temperaturas nos hacen tener una mayor pérdida de líquidos con el consiguiente riesgo de deshidratación. Una botella de agua siempre a mano, nos hará estar mucho mejor.

Evitemos salir en las horas centrales del día si no es necesario, especialmente en el caso de niños y mayores. Aprovechemos las primeras horas del día en las que las temperaturas son mucho más suaves y dar un paseo se convierte en una actividad agradable. Si no hay más remedio que salir, usa ropa de tejidos naturales, ligera y holgada, de colores claros, sombrero o gorra, gafas de sol y cremas protectoras solares con un factor alto de protección. Y busca las zonas de sombra.

Si en las salidas necesitas usar el coche, procura aparcar en zonas sombreadas y nunca dejes a niños o personas mayores con las ventanillas cerradas. En un momento de exposición al sol, el coche puede llegar a coger temperaturas incompatibles con la vida.

Un apartado importante respecto a la actividad en calle es reducir la actividad física al aire libre, aunque no eliminarla. Aprovecha los entornos acuáticos en donde se puede realizar una actividad como por ejemplo nadar a la vez que refrescarse y divertirse solo, en familia o con amigos.

Mientras en casa también debemos tomar una serie de medidas especialmente si no tenemos aire acondicionado, aunque en este caso y con el precio actual de la energía, seguramente nos veremos obligados a limitar su uso para no calentar en exceso nuestro bolsillo. Utilicemos los lugares más frescos de la casa, ventilados y acondicionados, protejamos las zonas de sol con toldos y persianas, y ventilemos por la noche cuando las temperaturas son más bajas.

Intenta no hacer comidas copiosas, aumentando la ingesta de verduras y frutas frente a otros productos. Aprovecha además que es buena temporada para ello con una gran variedad de frutas y hortalizas –que bueno está el gazpacho de temporada-. Come menos cantidad y más veces al día evitando las comidas calientes y las bebidas alcohólicas, que si bien pueden saciar la sed de forma inmediata, producen deshidratación a corto plazo.

En este aspecto, llamar la atención sobre la conservación de alimentos en verano, en donde aumentan de forma considerable las toxiinfecciones alimentarias. Es importante mantener las medidas higiénicas para evitar disgustos a nuestra salud.

Como vemos, consejos en muchos casos muy básicos y de fácil realización.

Termino como siempre con una referencia al pueblo. Ya escribí un artículo el año pasado referente a esos veranos inolvidables de pandilla, bicis y abuelos…..Y noches al fresco. Siempre me ha admirado en las noches veraniegas, en las que la televisión anuncia noches eternas de calor, ver a mis paisanos sentados en la puerta de sus casas compartiendo con sus vecinos tertulias que no envidian en nada a las que diariamente nos asaltan en tele y radio. Y en muchas ocasiones con la necesidad de una chaquetilla porque mientras medio país está en vigilia por el calor, aquí en la Puebla hace fresquete. Ese aire acondicionado natural es uno de los mayores placeres que nos deja el verano rural. Ese aire, no tiene precio.

Alcohol, educar primero para no tener que prohibir después

Acababa de aterrizar en Barcelona después abandonar Polonia tras una misión humanitaria y me encuentro con la siguiente noticia: El Gobierno recomienda eliminar el alcohol del menú del día en la Estrategia de Salud Cardiovascular del Ministerio de Sanidad. Aunque hay cosas que a uno ya no le sorprenden, me quedé con la sensación de estar sufriendo una alucinación fruto de un aterrizaje complicado.

Empecemos por decir que finalmente se retiró esta recomendación por algo mucho más lógico que consiste en plantear la colaboración con establecimientos de restauración para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable. Rectificar es de sabios dicen por aquí, aunque no debe convertirse en una costumbre, y más si tienes responsabilidades en materia legislativa.

Tenemos un gobierno que cada cierto tiempo se empeña en fomentar el cuidado de nuestra salud a través de la regulación de nuestra alimentación con medidas que no dudo son tan buenas como nefasta es la comunicación las mismas. Lo último, esta recomendación que hoy nos ocupa. Repito que el fondo de las medidas es bueno y abordan problemas de salud pública que es cierto están ahí, pero la forma de contarlo es bastante deficiente lo que supone que medidas necesarias, se acaben convirtiendo en un absurdo debate en redes y medios sin mayor rigor científico y sin entrar a atajar el problema real.

Volvemos a esta última medida que aborda un problema sanitario y social como es el consumo excesivo de alcohol. Este es la sustancia psicoactiva más consumida en España. De hecho, según datos del Ministerio de Sanidad el 91% de la población española de 15 a 64 años declaraba haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida.

En España, el consumo de alcohol es el cuarto factor de riesgo de pérdida de salud, el segundo en mujeres. Siendo además una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial, que va desde el 4% en mujeres al 12% en hombres. Contribuye al desarrollo de más de 200 problemas de salud y lesiones, enfermedades cardiovasculares, hepáticas y neuropsiquiatricas entre otras. Además, existe una sólida evidencia de la asociación del consumo de alcohol y ciertos tipos de cáncer, sin olvidar que es una sustancia que causa dependencia.

Además, como hemos dicho es un problema social que va mucho más allá de los problemas de salud de la persona que lo consume. Accidentes de tráfico, violencia, Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), desempleo, conductas violentas, pérdidas de productividad, etc. Hay que recordar que la adicción al alcohol es también un factor de desigualdad en los determinantes sociales de la salud.

Ahora bien, el alcohol es un producto legal, aunque con restricciones según la edad estando prohibida su venta a menores de 18 años. Sorprende que a pesar de esto último la edad de iniciación es a los 14. Su incidencia en la salud es directamente proporcional al grado de consumo, siendo lo ideal evitar el mismo, a pesar de los mitos que circulan sobre las bondades de por ejemplo una copa de vino al día. Pero seamos realistas especialmente si tenemos responsabilidad a la hora de tomar medidas y abordemos esta cuestión de una forma viable, coherente y sobre todo útil para la sociedad. La mayoría de nosotros aprecia el placer de saborear una cerveza o como no, un buen vino, especialmente de nuestra tierra, la mancha.

Se trata de que, en caso de consumo se haga un uso moderado, y por supuesto sin abuso. Como con otros muchos productos con los que completamos nuestra dieta cada día-bebidas azucaradas, carnes rojas…- cuyo abuso perjudica seriamente nuestra salud. Debemos trabajar educación en edades tempranas, para no tener que restringir el uso en edades superiores. Pero este tipo de acciones son a largo plazo y ya sabemos que, en política, todo es para ya, y hoy en día si cabe en un tuit, parece que mejor.

Repito, educar en un uso racional. Los coches porque contaminan, los móviles porque nos afectan a la visión y crean adición …y así ocurre con muchas cosas que tenemos a nuestra disposición en nuestro día a día. En el término medio, en el buen uso está la virtud.

Y en tema alimentario, contamos con un activo en nuestro país, ideal para hacer un uso racional de nuestra dieta, que se resume en dos palabras clave que deberían estar en todos los libros de texto desde el inicio de la edad escolar: Dieta Mediterránea.

En tal caso si alguno quiere debatir conmigo sobre este tema, por favor no use las redes sociales. Me llama y quedamos en un bar, a ser posible en mi pueblo y con una cerveza fresquita y un simple plato de cacahuetes de esos de El Acebrón. Estoy dispuesto a cuestionar todo lo que he puesto en este artículo. Lo haré con mucho gusto y porque no, el placer mental de un rato así también es salud.